Antes las vacaciones eran sinónimo de gastos, aglomeraciones de gente y estrés, mucho estrés… Pero eso era antes: mucho antes de descubrir HomeExchange y las infinitas ventajas del intercambio de casas.
ANTES, las vacaciones eran: maletas enormes, los carritos de los niños, las bicicletas... ¡Sin olvidarnos de las sábanas y del aceite de oliva! Una auténtica mini mudanza a un alojamiento que no siempre se adaptaba al tamaño de la familia...Pero eso era antes:
porque desde que has descubierto el intercambio de casas de HomeExchange cada uno tiene su habitación y la casa está totalmente equipada con sábanas, aceite de oliva y todo lo demás. Sin olvidarnos de las bicicletas, las tablas de surf y las colchonetas… ¡La alegría de viajar ligero! ¡Qué vivan las vacaciones!
ANTES, los mejores sitios los encontrabas en tu guía del turista perfecto. ¿Cuál era el resultado? Gente por todas partes, precios exagerados, tours impersonales… ¡Una pena! Pero eso era antes,
porque hoy te alojas en una casa de verdad, una casa con vida, y te mezclas con la población local: los productos que vas a cocinar por la noche los compras en el mercado, te tomas un tiempo para investigar el barrio, conoces a los vecinos y confías en los lugares que te recomienda tu anfitrión. Así son unas vacaciones que prometen buenos recuerdos para toda la familia y conocer gente agradable.
ANTES, había que buscar a alguien que cuidase del gato, encontrar a alguien que regase las plantas y el huerto, pedirle a los vecinos que vigilaran la casa vacía y… ¡Cruzar los dedos! Pero eso era antes,
porque si viajas con el intercambio de casas puedes irte tranquilo: durante tu ausencia puedes contar con tus invitados para cuidarte la casa (y los tomates). Además, si les preguntas, te darán noticias de Félix. Si a todo esto le añadimos el Servicio HomeExchange tenemos la tranquilidad garantizada.
ANTES, tenías contados los días (de vacaciones), por cuestiones económicas: los famosos quince días. En julio. De sábado a sábado. ¡Y qué más daba hacer algo diferente! Pero eso era antes:
¡Libertad! ¡Yujuuu! ¡Oh, qué casa tan bonita! ¡Esta propuesta me encanta! ¿Y si nos vamos el próximo puente? Oh, ¿y si aceptamos esta propuesta de intercambio para el verano que viene? ¡Oh, mira este chalet, qué acogedor para las vacaciones de Navidad! Oh, y si… Sí, vas a tener que aprender a tomar decisiones. O no. Porque con el intercambio de casas ¡vas a tener ganas de viajar todo el año! ¡Elige el plan Optimum para viajar de manera ilimitada!
ANTES, en las vacaciones, compartir significaba compartir la piscina (hasta los topes) o la carretera (en las colas). Y a modo de “regalo” de bienvenida te contentabas con algunos rastros dejados por ti mismo en el cuarto de baño... Pero eso era antes:
ahora ya has llegado a la casa de intercambio y descubres una cestita de bienvenida con una nota que te han dejado los anfitriones. Los niños, que antes dudaban ante la idea de tener que dejar sus cosas, mira ahora qué contentos están investigando “sus” juguetes nuevos y “sus” habitaciones. El intercambio de casas también es aprender a valorar las pequeñas cosas de la vida, como compartir y confiar en los demás. ¿No es bonita la vida?
Haz lo que cientos de viajeros ya han hecho: ¡pásate al intercambio de casas con HomeExchange!